Significarse…
Sigo a mi querido compañero Juan Diego Areta, aquí comentado por Juan Irigoyen:
http://www.juanirigoyen.es/2021/11/la-covid-19-y-la-obediencia-debida-de.html
Estamos en un momento de tanta polarización, que significarse, distinguirse del discurso machacón y “oficial”, se convierte en algo cuando menos complicado: Las vacunas son seguras, las vacunas son la solución, vacúnese, hay que vacunar a los niños y niñas para conseguir la inmunidad de grupo, los no vacunados deberían ser señalados por la calle…
Y sin embargo, sin embargo, todas las personas que me conocéis sabéis que yo siempre he llamado a las cosas por su nombre, y me he “significado” en tantos debates, que no puedo por menos de hacerlo ahora.
Mónica Lalanda ha hecho un excelente resumen de la situación, con el que estoy de acuerdo y recomiendo encarecidamente, porque leer algo con sentido común en éstos tiempos es un auténtico soplo de aire fresco: https://medicoacuadros.wordpress.com/2021/11/28/vacuna-covid-para-ninos-o-casco-de-bicicleta-para-sentarse-en-el-sofa/
No voy a añadir gran cosa a lo que ya han escrito tanto Juan Irigoyen, como los compañeros Juandi Areta y Mónica Lalanda, simplemente lo voy a decir con mis palabras.
¿Por qué no voy a “vacunar” a mi hijo de 6 años contra la COVID?
Primero: Porque la medicación a la que se está llamando “vacuna”, por el hecho de que estimula el sistema inmunológico, es una TERAPIA GÉNICA EXPERIMENTAL APROBADA DE URGENCIA… Y ésto es lo que deberíamos decir a los padres y madres cuando les damos el consentimiento informado para vacunar a sus hijos… ¿Ah, que no se lo han dado? Pues exíjalo, a su médico, a su enfermera, a cualquiera que esté en el vacunódromo que le toque.
Una terapia génica experimental precisa de un consentimiento informado para utilizarse en cualquier grupo de población, cuanto ni más en niños y niñas. Sé positivamente que al vacunar a los niños y niñas de 12 y más años no se ha dado dicho documento a los padres y madres que les acompañaban, y me parece vergonzoso.
Porque la “vacunación” está en fase experimental. Todas las personas inoculadas deberían ser vigiladas por sus médicos, a todas se les debería interrogar por los síntomas y por los posibles efectos secundarios, y dichos efectos secundarios deberían ser comunicados sin demora.
Porque lo malo es que NO SE ESTÁ HACIENDO ÉSTO, muchos efectos secundarios se descubren porque las propias personas inoculadas los están divulgando, no porque sus médicos les estén preguntando y comunicando, y ésto es MALA CIENCIA.
Segundo: Porque mi hijo (como la mayoría de los niños y niñas sanos) NO NECESITA vacunarse. Porque el riesgo de la COVID-19 en niños y niñas sanos es ínfimo, como expone muy bien Mónica Lalanda. Estamos hablando de una enfermedad con NULA mortalidad en niños y niñas sanos, y con una morbilidad escasa, es decir, no se mueren y se ponen sólo un poquito enfermos, en la inmensa mayoría de los casos.
Y ésto ha sido así con las variantes alfa, beta, delta… y probablemente siga siendo así con la ómicron… Por cierto, nadie sabe si la ómicron escapa o no a las vacunas, por ahora la mayoría de los pacientes en los que se ha detectado dicha variante estaban vacunados, y con las dos dosis… así que eso que se dice en los medios de comunicación de que lo único que se puede hacer frente a la variante ómicron es vacunar a todos los no vacunados, y especialmente a los niños y niñas, es como mínimo discutible.
Tercero: Porque DESCONOCEMOS LOS RIESGOS A LARGO PLAZO. Vuelvo a insistir, ésto que nos estamos inyectando no es una vacuna al uso, es una terapia génica experimental, y como experimento que es, habrán de pasar años antes de saber si hay o no riesgos a largo plazo.
Nadie pensó que el dietilestilbestrol pudiera ser peligroso (Por si no sabéis lo que es, es una forma sintética de la hormona estrógeno que se recetó a las mujeres embarazadas entre 1940 y 1971 porque se pensaba que prevenía los abortos espontáneos. El dietilestilbestrol puede aumentar el riesgo de cáncer de útero, de ovario o de mama en las mujeres que lo tomaron. También se ha relacionado con un aumento del riesgo de contraer un carcinoma de células claras de la vagina o el cuello uterino en las hijas expuestas al dietilestilbestrol antes del nacimiento. También se llama DES.)
¿Sabemos si ésta terapia experimental va a provocar un aumento del riesgo de cáncer dentro de cinco o diez años? NO, NO LO SABEMOS.
Por favor, vamos a dejar de decir de una vez que las vacunas contra la COVID-19 son seguras y eficientes, porque simplemente NO ES VERDAD. Y voy a poner algunas afirmaciones de revistas científicas que desmienten esa información machacona de los medios de información masivos:
Publicación del Dr. Ladapo, profesor de Medicina en la Universidad de California, y el Dr. Risch, profesor de Epidemiología en la Universidad de Yale, “los riesgos de la vacuna Covid-19 pueden superar los beneficios para ciertas poblaciones de bajo riesgo y también en las personas que se han recuperado de Covid-19 (…), puesto que, aunque nunca se sabría al escuchar a los funcionarios de salud pública, ni un solo estudio ha demostrado que los pacientes con una infección previa se beneficien de la vacunación contra el Covid-19” [1].
(https://www.wsj.com/articles/are-covid-vaccines-riskier-than-advertised-11624381749)
. The Lancet Infectious Diseases publicaba que “desafortunadamente, la eficacia de las vacunas en reducir la transmisión es mínima en el contexto de la variante delta” [2]
(https://www.thelancet.com/journals/laninf/article/PIIS1473-3099(21)00690-3/fulltext?dgcid=hubspot_email_newsletter_lancetcovid21&_hsmi=179271669&_hsenc=p2ANqtz-_RKzqjVvDZRctP-6AzaxnzuNM_nIb_xzY_iR_yZsxSzwdNbnkE4n6Y-q3CDpt223dR4qpWh57ZhAK1qyhquSlOZlLogw)
Según la base de datos VAERS (gestionada por el CDC norteamericano), en EEUU han muerto tras vacunarse más de 10.000 personas y 11.000 han quedado con discapacidad permanente. Para ponerlo en contexto, en nueve meses de vacunas covid ha muerto tras vacunarse el mismo número de personas que la suma de fallecidos tras vacunarse con todo tipo de vacunas en los últimos 30 años [3].
(https://www.fpcs.es/wp-content/uploads/2021/09/Supersticion-y-ciencia-en-el-covid-VF.pdf)
Cuarto, y quizá lo más importante: PORQUE LA VACUNACIÓN EN ESPAÑA, CUALQUIER VACUNACIÓN NO ES OBLIGATORIA.
¿Y por qué no es obligatoria? Precisamente porque es una actuación médica con posibles efectos secundarios graves sobre personas sanas.
Ésto es así con todas las vacunas, incluso las más probadas, las vacunas “clásicas”, tienen un pequeño porcentaje de efectos secundarios graves, e incluso mortales. Asumir ese pequeño porcentaje de riesgo es algo que la mayoría de padres y madres hacemos “por el bien común”, y también por el bien de nuestros hijos e hijas. En la mayoría de las vacunas del calendario vacunal, el balance beneficio/riesgo está claramente a favor del beneficio.
En ésta terapia génica experimental, y en el rango de edades de 5 a 12 años, sin la más mínima duda, el balance beneficio/riesgo está claramente a favor del riesgo, y éste es el motivo por el que no voy a vacunar a mi hijo, y aconsejo encarecidamente a todo el mundo que no vacune a los suyos, diga lo que diga la Asociación Española de Pediatría (que quizá debería explicar sus conflictos de intereses, aquí lo que pagan las farmacéuticas, declarado por ellas mismas, a todos los miembros del Comité de Vacunación de la AEP: http://www.nogracias.org/2021/11/08/cuanto-dinero-cobraron-de-la-industria-de-las-vacunas-las-sociedades-cientificas-y-lideres-clinicos-del-area-en-2020-por-roberto-sanchez/).
Os dejo también un vídeo de Mónica Lalanda, para reflexionar:
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